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24/02/2011

Trabajadores de PRISA rechazan los despidos “en un grupo con beneficios y bonus para sus directivos”

Madrid, 24 de febrero de 2011 (texto y foto Antonio Peiró)

Unos 600 trabajadores del Grupo PRISA se han concentrado frente a la sede empresarial en la Gran Vía para protestar por los 2.500 despidos que la dirección ha anunciado para las áreas de televisión, radio y prensa. Durante una hora y media, y cortando el tráfico de esta importante vía madrileña la mayor parte del tiempo, los trabajadores han arremetido especialmente contra el consejero delegado del grupo, Juan Luis Cebrián, al que han dirigido la mayoría de los lemas, desde los más suaves (“uno, uno, uno, sólo sobra uno”) a los más gruesos (“Cebrián, cabrón, trabaja de peón”), pasando por su patrimonio (“Cebrián, devuelve los bonus”).

Esta vez la careta habitual en otras concentraciones del consejero delegado estaba acompañada por la de Óscar Gómez, director de Recursos Humanos, “el mandado de Cebrián para llevar a cabo la escabechina”, según uno de los trabajadores concentrados.

Después de una hora y media de estruendo (pitos, sirenas y trompetas abundantes), de emprenderla también contra Liberty (“yankees go home”), el nuevo inversor en el Grupo PRISA, y de mostrar carteles (“Canal + 80% de la plantilla en paro”) y pancartas (“PRISA radio no a los despidos, queremos SER”), Pilar Talagán ha leído un comunicado conjunto de todos los comités de empresa titulado “Por el empleo de calidad y el futuro del periodismo”.

El comunicado rechaza los despidos enun grupo “cuyas compañías, a pesar de la dureza de la crisis, son capaces de generar beneficios gracias al esfuerzo de todos” y califica el ERE como una justificación “para contentar a los nuevos inversores de Liberty y engordar los bonus de sus directivos a costa de enviar al paro a miles de trabajadores, a miles de familias”.

“La actual situación financiera del grupo es responsabilidad de quienes cambiaron el código ético del periodismo por la dictadura de los mercados”. El comunicado añade que “las deudas de PRISA no las han generado las plantillas de las empresas sino la incompetencia de sus directivos”, momento en el que arrecian los gritos continuados de dimisión.

Los trabajadores reclaman el mismo coraje que mostraron los medios el 23-F de 1981 para superar ahora la crisis “generada por la voracidad de la especulación financiera, la misma especulación financiera que practican para destruir nuestros puestos de trabajo”. Califican el plan de despidos como “ignominia” y exigen que Cebrián rectifique en vez de pretender “dar lecciones de honestidad, valentía y democracia mientras intenta deshacerse de 2.514 trabajadores”.

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