Pulsa fuera para salir.

07/04/2011

Más de 150 periodistas de EL MUNDO reclaman que Sostres deje sus colaboraciones

Madrid, 7 de abril de 2011

Más de 150 periodistas del diario EL MUNDO han firmado y entregado un escrito a su director, Pedro J. Ramírez, en el que le piden que prescinda de la colaboración de Salvador Sostres en ese periódico y en cualquier publicación del Grupo Unidad Editorial. A raíz del asesinato de una joven que estaba embarazada, a manos de su pareja, Sostres escribió una columna en la que decía que no justificaba ese asesinato pero que «entiende» la situación en la que se encontró él cuando ella le dijo que le iba a dejar.

La columna provocó centenares de mensajes de protesta dirigidos tanto al periódico como a EL MUNDO.es, así como la reacción espontánea de los trabajadores. En noviembre pasado entregaron otro escrito al director pidiéndole que pensara si alguien que escribe lo que Sostres debe tener cabida en el periódico.

El director de EL MUNDO no ha prescindido de Sostres, pero ha decidido reducir algo sus colaboraciones y que siempre se publiquen tras un riguroso control del contenido de sus columnas. El escrito firmado por los trabajadores es el siguiente:

“Hace tiempo que el columnista de EL MUNDO Salvador Sostres ha traspasado los límites de lo que se puede publicar en un periódico sin atentar contra el sentido común. Pero la columna que firma hoy, titulada Un chico normal, no sólo es repugnante por su contenido sino que debiera ser objeto de estudio por parte de los psicólogos, porque roza la apología de la violencia de género.

El 17 de noviembre pasado te hicimos llegar un comunicado, firmado prácticamente por toda la Redacción, en el que mostrábamos nuestro rechazo hacia unas declaraciones que Salvador Sostres había realizado en Telemadrid, durante una pausa publicitaria, porque las considerábamos sexistas y racistas. Su columna de hoy es la gota que colma el vaso de lo permisible, y creemos que EL MUNDO y EL MUNDO.es no deben dar cabida a opiniones como las que él acostumbra a escribir.

Por ello, te pedimos que desde hoy mismo prescindas de su colaboración. A él no le sorprenderá, porque estará acostumbrado: varios diarios de Barcelona y Radio Nacional dejaron de contar con su colaboración en cuanto se percataron de lo que solía decir. En contra de lo que sostiene Sostres, en la violencia machista no hay descontrol de la ira. Hay afán de dominación. Una bofetada, una humillación, un estrangulamiento, responden a una cultura aprendida desde siglos que algunos hombres exteriorizan con violencia. Alguien que agrede a su mujer no es «normal».

Mientras en este país la apología del terrorismo siga siendo delito, «entender» un crimen, como afirma Sostres en su columna, debería estar perseguido por la ley. Salvo que una violencia que el año pasado acabó con 76 vidas sea considerada violencia de segunda categoría, nada justifica que quien «entiende» el crimen machista no responda ante los jueces. ¿Qué pasaría hoy en España si un articulista hubiera «entendido» un asesinato de ETA?

EL MUNDO siempre se ha caracterizado por dar voz a las víctimas. Por ellas, por las mujeres muertas y por las que mueren en vida todos los días al pairo de esta lacra con voceros, los trabajadores y trabajadoras de EL MUNDO te pedimos que nuestro periódico no vuelva a permitir una agresión a los inocentes desde sus páginas.

La mayoría de los firmantes de este escrito somos periodistas y, como tales, defendemos la libertad de opinión y de expresión como un derecho constitucional que todos tenemos. Pero ese derecho no deber servir a nadie como excusa para hacer apología de vilezas y comportamientos que provocan el rechazo de la inmensa mayoría de la sociedad, como hace con demasiada frecuencia Sostres.

No hace falta que te recordemos la larga lista de exabruptos que Sostres ha aireado en sus columnas desde que empezó a publicar en EL MUNDO y EL MUNDO.es, porque convertiría este escrito en interminable.

Has pedido disculpas a los lectores a través de un mensaje en twitter, y nos parece bien, pero creemos que esta vez tienes que dar un paso definitivo.

En nuestro escrito anterior pedíamos que la empresa reflexionara si estos comentarios deben tener cabida en nuestro periódico. Hoy te pedimos que Sostres no vuelva a escribir en ninguna publicación del Grupo Unidad Editorial”.

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