Pulsa fuera para salir.

07/03/2014

Las mujeres periodistas, consideradas trabajadoras de segunda

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La FeSP pide medidas efectivas para la conciliación, actuaciones contra el acoso e igualdad en los salarios y en el acceso a puestos de responsabilidad

La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, denuncia el deterioro que sufren las trabajadoras de los medios de comunicación en su situación laboral y profesional, que no solo no avanza hacia la igualdad de derechos sino que es cada vez más acentuada.

La crisis económica está afectando de manera especial a las mujeres periodistas porque, además de padecer los mismos recortes que toda la ciudadanía, sufren más directamente la falta de medidas eficaces para conciliar la vida laboral y familiar, ven más reducidas sus posibilidades de promoción profesional -ocupan muy pocos puestos directivos en los medios, pese a ser en número más de la mitad de la profesión- y, en muchas empresas, son consideradas trabajadoras de segunda categoría frente a sus compañeros varones con la misma capacitación y perciben salarios inferiores.

La FeSP -a la que pertenece el Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM)- reclama a las empresas que no utilicen la crisis como excusa para aumentar la brecha salarial entre los trabajadores y las trabajadoras y que pongan en marcha medidas para favorecer la conciliación, planes de igualdad eficaces y acceso a los puestos directivos cuando les corresponda por sus méritos.

En este Día Internacional de la Mujer, la FeSP se suma a las protestas de la mayoría de las organizaciones de la sociedad contra el recorte de derechos de las mujeres, entre ellos la provocadora e intolerable propuesta del ministro de Justicia de modificar la Ley del Aborto, que ha escandalizado a buena parte de la sociedad española y también europea

Mención especial merece la grave situación de las mujeres que trabajan como periodistas a la pieza, que no sólo han visto recortados sus ingresos sino que, al trabajar sin ninguna cobertura legal -que sí tienen en la Unión Europea-, las empresas prescinden de su trabajo y ni siquiera tienen que indemnizarlas.

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