Pulsa fuera para salir.

12/02/2004

EL SPM por la verdad y la paz

Madrid, 12 de febrero de 2004 (cartel de Antonio Peiró)

Mentira y manipulación son la antítesis del ejercicio digno de nuestra profesión que el Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM) defiende. Por eso las combate con datos y argumentos, como los que hace diez meses (14 de abril de 2003) publicábamos en esta misma página para dejar en evidencia las falsas justificaciones del «trío de las Azores» para lanzar la invasión de Iraq. Aquella «Relación no exhaustiva, abierta a más aportaciones», resultó apenas un breve recuento de una inmensa e interminable cadena de mentiras y manipulaciones que aún continúa. No está de más recordarla en el primer aniversario de aquella guerra injusta e ilegal.

Madrid, 14 de abril del 2003

Tras un seguimiento informativo para contrastar las declaraciones políticas y los hechos, el SPM y la FeSP han puesto en evidencia las mentiras y manipulaciones de Bush, Blair y Aznar para justificar la invasión de Iraq. La que sigue es una relación de las mismas, amplia pero no exhaustiva, que sigue abierta a nuevas aportaciones, elaborada por Antonio Peiró.

Se trata de encontrar las armas de destrucción masiva que tiene el régimen iraquí. Para eso se puso en marcha el sistema de inspecciones de la ONU, cuyo trabajo fue interrumpido por el anuncio del Gobierno norteamericano de atacar a Iraq, en vista de que la excusa no daba resultado, ya que las inspecciones no encontraban las citadas armas a pesar de haber realizado, desde el 27 de noviembre, 850 misiones en 350 lugares. Hans Blix ha declarado (8-4-03) que “Washington y Londres no nos dejaron terminar la tarea”; “hay evidencias de que, en efecto, esta guerra fue planificada con mucho tiempo”.
Tampoco la guerra las ha hecho visibles, y ¿para qué es un arma sino para utilizarla en una guerra, y más concretamente para defenderse en una guerra?
Aznar asegura (2-2-03) que tiene evidencias de que Iraq amenaza al mundo y a España.

Los inspectores no han sido capaces de encontrar las armas. Los inspectores han realizado su trabajo especializado bajo supervisión de la ONU sin haber recibido la más mínima queja de su profesionalidad y sin que el Gobierno norteamericano les aportase la menor indicación de dónde se encontraban las supuestas armas que la Administración Bush decía conocer y cuyas aparentes pruebas, hechas públicas por Colin Powell, fueron descalificadas por el jefe de Inspectores, Hans Blix, ante la ONU en su segundo informe (14-2-03).

El régimen iraquí no coopera. Todas y cada una de las exigencias impuestas por la ONU fueron cumplidas paulatinamente por Sadam Husein: aceptó las inspecciones, los vuelos de aviones espía U2, la destrucción de misiles de más de 150 kilómetros de alcance (verificadas por los inspectores 70 destrucciones a día 17 de marzo, cuando Bush lanzó su ultimátum de 48 horas), destrucción de motores para misiles, pruebas de destrucción de gas nervioso “VX” y de ántrax y entrevistas con científicos iraquíes.

El régimen de Sadam Husein tiene relaciones con la red terrorista de Al Qaeda. Ni una sola prueba ha sido aportada ni encontrada. Y la afirmación norteamericana de que había núcleos de Al Qaeda en el noreste del país queda en evidencia ante el hecho de que la mitad norte de Iraq estaba en zona de exclusión unilateral británico-estadounidense y sometida a bombardeos constantes desde 1991 sin que, nunca, lograsen alcanzar a los supuestos miembros de la red terrorista.

No hay otros intereses que la eliminación de armas de destrucción masiva. Visto que el tema de las inspecciones no sale a gusto de la Administración Bush, el secretario de Estado, Colin Powell, asegura, ya a comienzos de febrero (6-2-03), que “un cambio de régimen en Bagdad permitirá remodelar profundamente Oriente Próximo en beneficio de los intereses de Estados Unidos y de sus aliados”.
George Bush afirma, por primera vez (26-2-03), que tiene un plan de futuro para Iraq sin Sadam Husein. Al día siguiente (27-2-03) la Casa Blanca confirma que pretende reemplazar al presidente iraquí.
Ninguna resolución de la ONU, tampoco la 1441, ampara una acción con este objetivo y nunca fue sometido a votación del Consejo de Seguridad, como tampoco el plan, posteriormente anunciado, de querer liberar al pueblo iraquí.

Todos sabemos lo que significa «graves consecuencias». Lo que no significa es un ataque, una guerra, una invasión militar, una agresión armada, bombardeos, destrucción de instalaciones e infraestructuras o muerte de civiles, palabras todas que sí se sabe lo que expresan.

La guerra es legal según todas las resoluciones de la ONU relacionadas con el régimen iraquí. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, declara (11-3-03) que sin aprobación por el Consejo de Seguridad, la guerra vulnera la Carta de Naciones Unidas.

Esta guerra es tan legal como la de Kosovo o la primera del Golfo. En Kosovo se trataba de parar un genocidio en marcha y probado, la del Golfo de 1991 respondía a la necesidad de devolver a un país (Kuwait) su integridad territorial, invadida por otro (Iraq), y se acabó cuando se expulsó al invasor.

Todas las guerras son iguales. Hay guerras defensivas y ofensivas, las primeras responden a una agresión previa de otro, las segundas suponen la agresión previa.

Aznar ha luchado por lograr una segunda resolución de la ONU. La segunda resolución buscaba una declaración expresa de guerra, ya que la 1441 especifica literalmente que si Iraq incumple, “se expondrá a graves consecuencias”. Aznar, Bush y Blair intentaron varias veces obtener esa autorización con la segunda resolución, pero no lograron el número de votos suficientes, por lo que volvieron al argumento inicial de que con la resolución 1441 podían desencadenar el ataque. Por si cabía alguna duda, Colin Powell asegura (5-3-03) que “con o sin resolución, Sadam Husein será atacado”.

Quienes se oponen a la guerra no dan alternativas. Los Gobiernos de Francia, Alemania, Rusia y China han propuesto reiteradamente desde el primer informe de los jefes de Inspección (27-1-03), que solicitaba un plazo de varios meses, que se diesen más medios y más especialistas a la ONU para profundizar este trabajo como alternativa a la guerra.

El PP también está contra la guerra. Hasta en seis ocasiones el Grupo Parlamentario Popular ha votado unánimemente en contra de resoluciones de todos los demás grupos que pedían gestiones, pronunciamientos y acciones en contra de la guerra. Ni el PP, ni sus dirigentes, ni sus organizaciones propias o afines han convocado a una sola de las acciones y manifestaciones en contra de la guerra que han recorrido masivamente la geografía española. Por el contrario, Aznar ha apoyado expresamente todas y cada una de las decisiones británico-estadounidenses, incluida la tomada en la reunión tripartita de las Azores (16-3-03) que dio un ultimátum a la ONU, un día antes de que Bush diese un plazo definitivo de 48 horas a Sadam Husein para desencadenar la agresión armada (20-3-03).
La culminación definitiva del cinismo desarrollado por el Gobierno español y por los dirigentes del PP durante todo este tiempo puede encontrarse en las felicitaciones de los parlamentarios de la derecha gubernamental, el día de la toma militar definitiva de Bagdad (9-4-03), por haber “ganado la guerra” frente a todos los demás diputados, considerados “perdedores”.

España no participa en la guerra. Aznar informa al Congreso (18-3-03) del envío de 3 buques y de 900 soldados “en misión humanitaria”. Con posterioridad, el propio Bush se encarga de agradecerle en público, además, el “apoyo logístico”. Cualquier medio puesto al servicio de la guerra se transforma en colaborac
ión necesaria para la guerra. La logística y la intendencia también forman parte de la planificación de las acciones bélicas. Otra prueba del cinismo y de la falta de coherencia para asumir las decisiones propias la dio el portavoz del PP en temas de exteriores, Gustavo de Arístegui, al afirmar (1-4-03) que “nosotros no hemos votado sí a ninguna guerra, nosotros hemos votado el camino más corto hacia la paz”.
También el principal dirigente, José María Aznar, ha dado pruebas sobradas de este tipo de engaño. Quizá la más espectacular fue cuando afirmó (27-3-03) que “yo también habría dicho que estoy en contra (de la guerra) si me hubieran preguntado (encuesta CIS)”. Lo que demostraría que Bush y Blair nunca le han preguntado su opinión en sus permanentes consultas y encuentros o, lo que es más grave, que Aznar sufre un ataque más o menos continuo de esquizofrenia o, todavía peor, que miente.

La responsabilidad de las muertes es totalmente del régimen iraquí. De nuevo Aznar (27-3-03), en el más puro estilo Bush, adjudica al agredido las consecuencias de la agresión cuando la realidad incontestable es que (da hasta vergüenza tener que señalarlo) las víctimas de la guerra las han provocado las bombas y los misiles británico-estadounidenses, con la complicidad de quienes se declaran aliados. De nuevo Aznar (27-3-03) declara: “Estamos aliados con las mejores democracias del mundo”.

El Gobierno actúa con la legitimidad que le conceden las urnas. Ganar las elecciones legitima la actuación de un gobierno en la medida en que sus actos se corresponden, en materias tan graves, con el programa presentado a los electores, y apoyar una agresión armada internacional y participar con apoyo logístico no figuran entre los compromisos electorales del PP ni han sido sometidos a los trámites constitucionales.

Las agresiones al PP, sin parangón desde la época nazi. La cosecha de Aznar parece interminable. El presidente del Gobierno asegura (3-4-03) que las acciones contra las sedes y el boicot a sus reuniones son “actos totalitarios que desde la época nazi no se veían en ningún sitio”. Sin necesidad de recordar múltiples ejemplos históricos de la dictadura franquista y de la transición (abogados de la calle Atocha), Aznar debería ser capaz de retener, al menos, el presente, con las gravísimas agresiones violentas, incluso con víctimas, a las sedes de partidos no nacionalistas en el País Vasco.

Comparaciones entre el terrorismo de ETA y la guerra de Iraq. Es una de las mentiras más espeluznantes, también de Aznar, cuando afirma que quienes están contra la muerte de niños en Iraq no están contra la muerte de los niños destrozados por ETA. Entrando en cuestión tan descabellada y delirante hay que decir que, bien al contrario, son una parte (los dirigentes del PP y el Gobierno) de todos los que estamos contra ETA y nos horrorizamos con sus crímenes, los que no muestran la más mínima expresión de compasión ante los muertos de la guerra, quizá porque los mata el «amigo americano». Son los mismos que se subieron oportunistamente al carro contra los GAL los que ahora patrocinan y apoyan unos GAL Globales, un supuesto antiterrorismo de liberación, Operación Libertad de Iraq, que ha supuesto cientos de muertos y miles de heridos civiles, además de todos los muertos militares de uno y otro lado, todos innecesarios.

ALGUNOS RECORDATORIOS DE INTERÉS

2002 – 2 de agosto: El ministro de Asuntos Exteriores iraquí invita a la ONU a reiniciar los contactos sobre la misión de desarme.

2002 -10 de agosto: Bush asegura que Sadam Husein es un enemigo, excepto que demuestre lo contrario.

2002 – 13 de septiembre: Bush afirma que la actuación de la ONU sobre Iraq debe ser cuestión de días o semanas, no de meses.

2002 – 14 de septiembre: Bush concede a la ONU su última oportunidad de demostrar que es capaz de imponer sus resoluciones a Iraq o estará condenada a la irrelevancia.

2002 – 16 de septiembre: Iraq anuncia a la ONU que acepta sin condiciones el regreso de los inspectores de armamento.

2002 – 20 de septiembre: Bush envía al Congreso su nueva concepción de EE.UU. como superpotencia en la que instaura el “ataque preventivo” de uso exclusivo para su país.

2002 – 28 de septiembre: Entre 200.000 y 400.000 manifestantes en Londres contra la guerra en Iraq.

2002 – 1 de octubre: Washington impedirá el comienzo de las inspecciones de armas en Iraq antes de que la ONU apruebe una nueva resolución. En Viena, representantes iraquíes y de los inspectores de la ONU acuerdan su retorno a Iraq.

2002 – 7 de octubre: Una encuesta del New York Times señala que el 63% de los estadounidenses son favorables a que los inspectores hagan su trabajo antes de desencadenar un ataque.

2002 – 11 de octubre: El Congreso de EE.UU. autoriza el uso de la fuerza militar contra Iraq.

2002 – 27 de octubre: Manifestaciones en Madrid (5.000 personas), en Barcelona (15.000) y en otras ciudades contra la guerra de Iraq.

2002 – 7 de noviembre: Comienza en Florencia el Foro Social Europeo.

2002 – 8 de noviembre: El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba por unanimidad la resolución 1441.

2002 – 9 de noviembre: Entre medio millón y un millón de manifestantes en Florencia contra la guerra de Iraq.

2002 – 13 de noviembre: Sadam Husein acepta las inspecciones de la ONU y asegura que no produce armas nucleares, químicas o biológicas.

2002 – 27 de noviembre: Comienzan las inspecciones de los equipos de la ONU.

2002 – 7 de diciembre: Iraq entrega a la ONU un informe sobre armamento un día antes de que venza el plazo.

2002 – 19 de diciembre: Informe preliminar de Hans Blix ante el Consejo de Seguridad.

2002 – 20 de diciembre: Hans Blix reprocha a los Gobiernos estadounidense y británico que no facilitan los lugares donde aseguran que Sadam Husein guarda supuestamente las armas de destrucción masiva.

2002 – 23 de diciembre: El secretario de Defensa norteamericano, Rumsfeld, advierte a Corea del Norte de que EE.UU. es capaz de mantener dos guerras a la vez.

2002 – 28 de diciembre: Iraq entrega dentro de plazo la lista de 500 científicos vinculados al programa de armamento.

2003 – 9 de enero: Blix y Al Baradei aseguran ante el Consejo de Seguridad que no han encontrado pruebas de que Iraq tenga armas de destrucción masiva.

2003 – 22 de enero: Declaración conjunta franco-alemana contra un ataque unilateral norteamericano sin el visto bueno de la ONU.

2003 – 23 de enero: Comienza el Tercer Foro Social Mundial en Porto Alegre.

2003 – 26 de enero: Powell declara que EE.UU. desarmará a Iraq “solo o en coalición”.

2003 – 27 de enero: Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE piden más tiempo para los inspectores de la ONU. El Foro Social Mundial convoca protestas mundiales contra la guerra para el 15 de febrero.

2003 – 30 de enero: “Carta de los Ocho” promovida por Aznar y Blair en apoyo de las tesis de Bush.

2003 – 2 de febrero: Aznar asegura que tiene evidencias de que Iraq amenaza al mundo y a España.

2003 – 5 de febrero: Once miembros del Consejo de Seguridad (3 con derecho a veto, Francia, Rusia y China) respaldan una solución diplomática. Aznar defiende en solitario las tesis de Bush en un pleno monográfico en el Congreso. Los actores del “No a la guerra”, desalojados de la tribuna.

2003 – 6 de febrero: Bush afirma que lo que tenga que pasar “será voluntad de Dios” y advierte a Sadam Husein de que “el juego ha terminado”.

2003 – 14 de febrero: Ana de Palacio se posiciona netamente del lado británico-estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU.

2003 – 15 de febrero: Las principales ciudades españolas registran las mayores manifestaciones de toda la historia contra la guerra.

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