Pulsa fuera para salir.

08/03/2012

8 de marzo. La marea sindical también es violeta

El PP ha asumido el Gobierno dirigiendo toda su fuerza a mermar los derechos de la ciudadanía, sobre todo, los de la población femenina. El 8 de marzo dejó hace años de llamarse Día Internacional de la Mujer Trabajadora para denominarse Día Internacional de las Mujeres porque se asumía que todas formaban parte de pleno derecho del mercado de trabajo y la conmemoración debía centrarse en reivindicar una igualdad real que suprimiera las desigualdades que la población femenina seguía padeciendo en el ámbito laboral y también en el social. Sin embargo, antes de conseguir este objetivo, los recortes en igualdad a los que están asistiendo en los últimos meses y la aprobación de la Reforma Laboral, quizá provoquen que el año próximo, en España, tengamos que reivindicar de nuevo que este día vuelva recupere el epígrafe de “Mujer Trabajadora”.

El periodismo en España siempre ha estado en crisis. Arrastramos trabajos precarios, mal pagados, con horarios infames, con grandes dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar y con escasas posibilidades de progresar profesionalmente. Las cifras de desempleo no dejan de crecer, con más de mil periodistas en paro en 2011, tres veces más que en 2010, y el goteo continuo de cierre de medios de comunicación.

En España, las mujeres representan menos del 40% de la fuerza laboral periodística y sólo ocupan el 20% de los altos puestos de dirección, según un estudio de la Fundación Internacional de las Mujeres en los Medios. Estos datos son una muestra de la desigualdad de las mujeres en esta profesión, pues no parece lógico que la feminización que ha vivido en los últimos años, con más licenciadas en periodismo que licenciados, no derive en una mayor presencia de mujeres en los medios y en sus puestos de dirección.

La situación irá sin duda da peor, pues las mujeres están siendo más perjudicadas por la crisis y por las medidas que se están adoptando. Los recortes no se están haciendo de forma racional y no tienen en cuenta la desigualdad femenina. Más aún, el incumplimiento de la Ley de Igualdad al no respetar ni siquiera la paridad en la composición del Gobierno, los peligrosos ataques a la Ley contra la Violencia de Género, la supresión de organismos de igualdad, el anuncio de retroceder a la Ley del Aborto de 1985 o el hecho de cuestionar el uso de la píldora del día después, parecen indicar que el propósito del Gobierno es alejar a las mujeres del empleo y dejar que los hombres sean quienes trabajen, pero asumiendo sólo obligaciones y sin apenas derechos.

Por ello, es necesario que todas y todos nos unamos para defender la dignidad de la clase trabajadora y que este movimiento obrero y sindical esté impregnado del color violeta.

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