Pulsa fuera para salir.

30/01/2020

Huelga general en las islas griegas contra los campos de refugiados

Dabidik. afiliado al Sindicato de Periodistas de Madrid, y Santiago. Miembros de Zabaldi

Las islas griegas se han convertido en un polvorín. Las condiciones en las que viven los migrantes, la hostilidad por parte de los y las isleñas y el nuevo Gobierno hacen que la situación para todas las personas que esperan llegar a la Europa continental empiece a ser insostenible

Calles vacías en Samos día de la Huelga. Foto Dabidik

Calles vacías en Samos día de la Huelga. Foto Dabidik

La política del Gobierno griego y de la Unión Europea con las personas migrantes ha llegado a un callejón sin salida. La situación está muy cerca de explotar, por el hartazgo de los y las isleñas de haberse convertido en los muros de Europa y por las condiciones de vida inhumanas en las que viven los y las migrantes en los campos de refugiados de las Islas del Egeo.

Desde la vuelta al poder del partido Nueva Democracia -una de cuyas principales promesas en las elecciones generales fue la descongestión de las islas- se han endurecido las leyes sobre migración y han restablecido el Ministerio de Migraciones. El Parlamento griego aprobó hace unos meses una nueva y controvertida ley de asilo, cuyo objetivo es aliviar la presión sobre las islas del Egeo. Se proponen crear nuevos campos cerrados en las islas, donde los y las solicitantes de asilo no podrán moverse libremente dentro y fuera de ellos sino que permanecerán internados hasta que les otorguen el estatus de refugiados, les reubiquen en un país de Eiuropa o sean rechazados y enviados de regreso a Turquía.

Esa medida es ilegal, según las leyes internacionales, pero el Gobierno griego la justifica por una situación de excepción y emergencia en la que todo le vale.

El 22 de enero, en las islas del Mar Egeo (Lesbos, Samos y Chíos) se llevó a cabo una huelga general, bajo el lema Queremos recuperar nuestras islas, queremos recuperar nuestras vidas, que consiguió paralizar prácticamente la actividad en ellas.

Quienes la convocaron y secundaron exigen la descongestión de las islas del Mar Egeo Oriental y se oponen a los planes del Gobierno de construir nuevos centros cerrados para miles de personas migrantes, similares a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de España. También reclaman un control de las organizaciones no gubernamentales que operan en las islas, una mejor vigilancia de las fronteras y el apoyo a las comunidades locales con estructuras de salud y seguridad.

Inicialmente, la convocatoria nos generó dudas por las informaciones confusas sobre el perfil y las demandas concretas que planteaban. Sin embargo, al ver los carteles, las demandas y hablar con diferentes personas que llevan años viviendo en las islas, despejamos esas dudas: era una huelga que presenta a los y las migrantes como personas invasoras, y las culpan, tanto a ellas como a las ong, de la situación creada por la UE en las islas.

Uno de los alcaldes que han convocado la protesta ha realizado declaraciones que reflejan el carácter de esta huelga general, con afirmaciones como «hay más que nosotros «,» son diferentes, cambian nuestra cultura «. A muchos isleños les preocupa, sobre todo, el efecto negativo de esta situación en el turismo.

Teníamos la esperanza de que la huelga no tendría un seguimiento masivo, pero al recorrer las calles de Vathy (capital de la isla de Samos) y de otros pueblos hemos podido ver que se encontraba paralizada, aunque irónicamente seguían trabajando en la construcción del nuevo campo.

Nos llamó la atención los cientos de personas concentradas en Vathy, pero impresionaba mucho más el silencio en las calles del centro con los comercios, restaurantes, cafeterías y otros negocios cerrados.

La duda, después de ese día de huelga general, es si todos los que la han secundado lo han hecho porque apoyan las demandas o si se debe a que tenían miedo a ser señalados por sus vecinos y vecinas si no seguían la convocatoria. No son pocas las personas de la isla que nos han comentado que la situación es insostenible. Esto hace que crezca el discurso del odio y la tensión en las islas, y no solo por parte de las personas que ya tenían actitudes hostiles con las personas migrantes.

¿Hasta cuando va a tensar la cuerda la Unión Europea?

Según datos oficiales, unas 39.000 personas refugiadas viven en los campamentos de las islas del Egeo, que tienen capacidad para alojar solo a poco más de 6.000. El centro de acogida de Moria (isla de Lesbos), el mayor de la UE, tiene una capacidad de seis mil personas pero en él malviven 19.000; en el de Samos, previsto para 648 personas, hay 7.000.

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