Pulsa fuera para salir.

02/10/2009

El nuevo mapa de delegaciones de la agencia EFE es inaceptable

Madrid, 2 de octubre de 2009 (comunicado de la sección sindical de la FeSP en Efe)

«Rechazamos enérgicamente las medidas anunciadas ayer por el director de Recursos Humanos porque suponen, en la práctica, el desmantelamiento del modelo autonómico de la Agencia EFE desarrollado durante las últimas décadas de forma paralela a la consolidación del mapa autonómico constitucional que no sólo ha mejorado la presencia y la imagen de esta empresa pública en el territorio donde está presente sino que también ha generado importantes ingresos.

Este modelo, con sus innegables dificultades y deficiencias, se sustituye, de un plumazo y con imposiciones hasta ahora desconocidas en una empresa pública, por un férreo esquema centralista, quizá el más centralista de cuantos existen en España, y dependiente del Presidente de una forma escandalosamente arbitraria; claro que siempre es más fácil imponer jerárquicamente desde un centro único de decisión que consensuar desde modelos descentralizados.

La hilarante “Reordenación y Normalización del Mapa de Recursos Humanos de la Agencia EFE” impone el cierre de Delegaciones, con un daño quizá irreparable para los ingresos, implantación e imagen de servicio público de la Agencia EFE, y supone un recorte de empleo encubierto que se pretende implantar de manera unilateral y con provocadoras decisiones laborales como la aplicación de la movilidad geográfica sin diálogo previo ni con los afectados ni con el comité de empresa.

Resulta difícil de concebir en una empresa pública estos traslados obligatorios unilaterales que en cualquier empresa privada se considerarían “salvajes” y que se apliquen de forma indiscriminada a delegaciones provinciales y autonómicas y con argumentaciones demagógicas.

La supuesta carencia de “modelo organizativo y estándares de producción” de las delegaciones territoriales también podría aducirse de las secciones y productos de Redacción central por no hablar del impacto de la “profunda normalización y legalización” de corresponsales, cuyo impacto económico por indemnizaciones y despidos nulos agravará las ya difíciles cuentas de la Agencia en este periodo de crisis.

Causa estupor e hilaridad que la desaparición de delegaciones y su sustitución por subdelegados “personal de confianza del Presidente” se nos presente como una actuación para “descentralizar aún más si cabe el esquema organizativo autonómico”.

Esta iniciativa no se debe de entender de forma aislada a la creación de la redacción integrada de Deportes y Sociedad/Cultura porque ambas forma parte de la obcecada estrategia de la dirección de EFE de conseguir unos resultados económicos y “multimedia” que la realidad se empeña en demostrar tan erróneos como inalcanzables; por ello, las nuevas iniciativas son cada vez más apresuradas y antidemocráticas y se acompañan de intolerables amenazas, hasta ahora desconocidas en una empresa pública.

El tan ansiado “mapa de delegaciones” anunciado por directivos de la empresa tantas ocasiones como ha sido pospuesto, ha terminado por ser un cerrojazo sin posibilidad de diálogo y acuciado por las pérdidas económicas.

Por ello, abogamos por una contundente respuesta del comité de empresa y de los trabajadores de EFE porque no sólo están en peligro empleos y delegaciones forjados durante décadas de trabajo, lo cual ya es mucho, sino el modelo mismo de la Agencia EFE como empresa de servicio público.

El cacareado superávit del que fanfarroneaba Grijelmo se ha convertido, en un visto y no visto, en pérdidas millonarias; el esplendoroso futuro multimedia no llega mientras miles de vídeos, tan huérfanos de calidad periodística como de rentabilidad e impacto informativo nadie sabe donde se almacenan y comercializan; del, en fin “en EFE no sobra nadie”, hemos pasado al traslado forzoso y la amenaza del “finiquito profesional”.

La Reordenación y Normalización del Mapa de Delegaciones es el último y más desesperado intento de la dirección de EFE en su fuga hacia ninguna parte, pero con unas repercusiones sociales y labores tan desconocidas como inaceptables».

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