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18/02/2004

El Ministerio de Trabajo «alienta» el desempleo periodístico

Madrid, 18 de febrero de 2004. (Comunicado de la Junta Ejecutiva Federal de la FeSP).

Lo que le faltaba al periodismo, una de las profesiones con más precariedad laboral, es que desde el propio Ministerio de Trabajo se consientan situaciones irregulares que atentan contra las más elementales normas del sentido común y, sobre todo, contra el Estatuto de los Trabajadores. El ministro Eduardo Zaplana, por lo visto, ha decidido tener el dudoso honor de ‘llenar’ ese hueco.

Hasta que lo ha desvelado el diario ‘Levante’, el ministro ha tenido entre sus asesores de prensa a una periodista que no percibía sueldo pero que cobraba la prestación social por desempleo desde octubre pasado. Esa periodista disponía en el gabinete de prensa de un ordenador, una dirección de correo electrónico, una extensión de teléfono y un móvil.

Desde el Ministerio han intentado justificar esta irregularidad con el argumento de que esa persona “no tiene relación de ningún tipo, ni funcionarial, ni laboral” con ese Ministerio y, por tanto, no percibe ninguna retribución. Han dicho, también, que “ha colaborado de manera desinteresada”.

La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) no enjuicia la capacidad profesional de esa periodista, pero lamenta que el propio ministro de Trabajo, de quien dependen los organismos encargados de velar por que se cumpla la legislación laboral, permita esta situación. El Estatuto de los Trabajadores no contempla la posibilidad de que alguien pueda trabajar gratis y sin contrato de trabajo, salvo cuando se trate de trabajos realizados “a título de amistad, benevolencia o buena vecindad”.

Las colaboraciones ‘desinteresadas’ pueden llevarse a cabo con una ONG o una organización religiosa, social, política o sindical. No es de recibo hacerlo en el gabinete de prensa de un ministerio, aunque exista amistad personal con el ministro. De cundir este ejemplo, a los muchos hombres y mujeres del periodismo que han sido despedidos o están en paro se unirán muchos más que no podrán ser contratados porque el trabajo lo realizarán “desinteresadamente” profesionales dispuestos a trabajar gratis por lealtad personal o política con un ministro o alto cargo.

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